12. Educar a los hijos

2 minutos

Sugerencias: hacer la señal de la cruz, rezar un Padrenuestro, un Avemaría o alguna oración al Espíritu Santo.

Podemos usar la oración propuesta en el tema multimedia:

5-10 minutos

Además de preguntar sobre sus vidas y circunstancias, aprovechamos para comentar la oración que hemos rezado. El catequista explica cómo Dios es el que nos ayudará a educar a los hijos, porque son sobre todo hijos suyos. María y José tenían muy claro que Jesús era, ante todo, el Hijo de Dios. Por su intercesión sabremos actuar con esta idea en la mente.

La duración depende de las actividades que se lleven a cabo

Las actividades se pueden entregar a los participantes con antelación. Son sugerencias que sirven a modo de ejemplo. Cada grupo tiene sus características y conviene adaptar estas ideas a lo que se estime apropiado para cada caso.

8 minutos

Recapitulamos los puntos más importantes del tema anterior. Lo mejor es que sean los propios participantes quienes destaquen las ideas sobresalientes.

15 minutos

1. Se reproduce el siguiente vídeo del papa Francisco sobre la educación de los hijos:
   
   
   
   
2. Se pide la opinión de los participantes.
3. Se concluye recogiendo todas las opiniones y, sobre todo, resaltando la afirmación de que “los padres se han autoexiliado de la educación de los hijos”.

20 minutos

Hacemos un repaso de los puntos más relevantes del tema. El catequista señala previamente los puntos y los contenidos que considera más importantes para tratar en grupo.

Puede empezar haciendo una encuesta de lo que les ha parecido el vídeo “¿Cómo educar a los hijos?”, si es que lo han visto. Conviene que indique previamente los puntos que considera más importantes para tratar en grupo:

• la necesaria implicación -protagonismo- de los padres en la educación de los hijos;
• la necesidad de una adecuada educación humana, espiritual y sexual,
• y educar con amor y disciplina.

Quien dirige esta sesión necesita una formación sólida -estudio de los documentos magisteriales y soltura para hablar en público- . Si hubiera alguna pregunta difícil a la que el catequista no sabe responder, lo más natural es admitirlo y estudiarla para responder en la siguiente. Esta actitud se agradece.

30 minutos

1. Pedimos voluntarios para representar una discusión entre padre e hijo sobre un conflicto típico: el niño lleva demasiado tiempo delante de la consola y se niega a apagarla. ¡Que no duden en exagerar un poco! Es una representación, no una discusión real.
2. Hacemos preguntas que ayuden a reflexionar sobre el caso:
• ¿Está utilizando el padre palabras demasiado duras para hablar con su hijo? ¿O parece incapaz de mostrar autoridad?
• ¿Qué es preferible, conversar o castigar?
• ¿Hay que tomar medidas inmediatas por la falta de obediencia o conviene valorar también otras circunstancias que pueden influir en el niño?
3. Los participantes pueden aportar experiencias y opiniones sobre discusiones bien resueltas y otras mal resueltas. ¿Cuál es la clave para acertar?
4. Concluimos con una visión equilibrada:
• resaltar las actitudes de calma, respeto, escucha activa y comprensión;
• mostrar firmeza a la vez que paciencia;
• En la educación de los hijos conviene tener en cuenta lo que dice la Escritura: “No exasperéis a los hijos” (Col 3, 21) y también en otra parte “Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza” (Prov 19, 18). Son dos consejos importantes que hay que llevar a la práctica siempre sin perder la calma.